jueves, 1 de mayo de 2014

Combate el estrés

Dolor de cabeza, de mandíbula, cansancio, irritabilidad... Si tienes alguno de estos síntomas, estás estresada. Es hora de relajarse.
Desde molestias físicas hasta problemas psicológicos, pasando por el mal humor. El estrés, la epidemia del siglo XXI, es una lacra. ¿La mejor de las noticias? Que puedes hacer mucho por superarlo y sentirte bien.
La psicóloga Elena Villa nos explica cómo actúa y cómo hacerle frente sin tener que tirar de los ansiolíticos, demasiado extendidos últimamente: “El estrés en sí no es malo, es una respuesta normal que prepara el organismo para una huida cuando se enfrenta a un peligro; el problema es cuando ese estrés se prolonga en el tiempo, tiene el sistema nervioso demasiado activado y agota las reservas del cuerpo, ocasionando problemas de salud”.
Qué lo provoca
La muerte de un familiar o el desempleo son situaciones muy estresantes pero también hay otras muchas como falta de sueño o de tiempo, rupturas, competitividad o problemas familiares, que afectan más o menos según la personalidad de cada uno y de cómo valore cada situación.
Cómo plantarle cara
Cuida tus pensamientos: Vigila las expectativas y las interpretaciones que haces de las situaciones, aprende a ser más positivo, evita el perfeccionismo, no anticipes consecuencias negativas, vive los retos como oportunidades y piensa que, si son difíciles, no hay situaciones crónicas.
Cuida tu agenda: No te sobrecargues con actividades, aprende a organizarte y distribuir el tiempo, establece prioridades, planifica, aprende a delegar, a decir no y a pedir ayuda.
Cuida tu salud: Duerme y come bien, no abuses del alcohol ni de sustancias excitantes y cuida tu cuerpo haciendo ejercicio pero sin hacer culto al cuerpo, porque eso también estresa.
Cuida tu espíritu: Aprende a relajarte, realiza actividades placenteras y de tiempo libre, aprende a desconectar y cuida tu autoestima.

domingo, 27 de abril de 2014

Disfunciones sexuales femeninas

La sexualidad femenina es compleja. Su desarrollo y sus disfunciones dependen de numerosos factores orgánicos y psíquicos. Al respecto, la homeopatía puede aportar una respuesta pertinente, aunque sigue siendo ampliamente desconocida. "Esta medicina de la dosis infinitesimal toma en consideración, tanto la constitución, como los hábitos de la personalidad y el contexto psicoafectivo en el que sobreviene la patología", recuerda la Dra. Claire Bialkiewicz, ginecóloga y homeópata.  Durante la consulta, como complemento a la revisión ginecológica, el homeópata intenta evaluar el perfil psicológico de la paciente para establecer un diagnóstico y decidir cuál es el tratamiento adecuado.
La medicina homeopática consiste en curar a partir de cantidades infinitesimales de las sustancias. Uno de los principios básicos es que la homeopatía estimula el organismo a responder por sí mismo. ¿Cómo es posible que una cantidad ínfima de sustancias vegetales, minerales o animales influya en el organismo?. A partir de los descubrimientos del Dr. Samuel Hahnemann, se han establecido los tres criterios en los que reposa la medicina homeopática: la ley de la similitud (una sustancia que produce determinados síntomas permite curar a una persona que presenta los mismos síntomas); la ley de la dosis infinitesimal (gránulos, tintura madre... la acción de la sustancia sólo es terapéutica en dosis infinitesimales) y el principio de la totalidad (el médico debe retener la totalidad de los síntomas, cada paciente es distinto).
“En el caso de la "dispareunia" o "coito doloroso" las mujeres se sientes culpables, se preguntan qué sucede con su cuerpo y sus relaciones afectivas”, señala la Dra. Claire Bialkiewicz. Creen que no son normales, que algo no va bien. Desde un punto de vista físico, el coito puede ser doloroso porque la secreción de hormonas es escasa. "En esos casos, hay que estimularlas para que el moco cervical sea más abundante", comenta la homeópata.
Naturalmente, las causas pueden ser múltiples. Pueden estar asociadas a un proceso como la menopausia, un parto reciente e incluso la toma de la píldora durante un determinado período de la vida de la mujer. "Yo recomiendo los óvulos de caléndula, que cicatrizan y desinfectan", explica la Dra. Bialkiewicz.
Asimismo, es el tratamiento que se prescribe cuando las dispareunias se presentan tras una infección ginecológica. Para superar la memoria del dolor o la sensación de ardor, se requiere un tiempo de readaptación durante el que la caléndula ayudará a aliviar a la paciente.
Aunque nuestra época se caracteriza por la apertura hacia una nueva libertad sexual de las mujeres, hay que reconocer que las alteraciones que se producen en el deseo sexual siguen siendo muy comunes, puesto que dependen de nuestro estilo de vida y la forma de relacionarnos. Para que el tratamiento de la disfunción tenga un carácter global, tanto físico como psicológico, los gránulos homeopáticos pueden constituir una alternativa, aún ampliamente desconocida, merecedora de una oportunidad. Un enfoque muy cuidadoso de la sexualidad.