Brasilia,
5 nov.- El Gobierno brasileño suscribió hoy un nuevo acuerdo con los
productores para reducir el contenido de sodio en los alimentos
industrializados y, de esa forma, mejorar la calidad de la dieta de los
brasileños, según fuentes oficiales.
El cuarto acuerdo entre el Ministerio de Salud
y la Asociación Brasileña de las Industrias de la Alimentación (ABIA)
aumenta el número de alimentos que constan en una lista en la que los
productores ya se comprometieron voluntariamente a reducir el contenido
de sodio, presente principalmente en la sal.
La nueva lista
incluye lácteos como el requesón y el queso mozzarella; embutidos como
hamburguesas, salchichas, chorizos, mortadelas y jamones, y las sopas
instantáneas, según un comunicado del Ministerio de Salud.
En las
tres categorías de alimentos industrializados incluidos en la nueva
lista la reducción del contenido de sodio debe llegar al 68 por ciento
en cuatro años, según el compromiso suscrito por ambas partes en una
ceremonia en Brasilia.
Los cuatro acuerdos suscritos desde 2011
prevén la reducción del contenido de sal en 16 categorías de alimentos,
entre los cuales algunos de consumo masivo como pan, galletas, mayonesa,
pan tajado, macarrón instantáneo, mezclas para tortas, frituras de maíz
y diferentes aperitivos como papas fritas.
La meta del Ministerio
de Salud es que los cuatro acuerdos reduzcan en 28.000 toneladas el
sodio que los brasileños consumirán hasta el año 2020.
"No es
simple pensar en una estrategia para mejorar la salud de 200 millones de
personas sin incluir una asociación con la industria", afirmó el
ministro de Salud, Alexandre Padilha, en la ceremonia.
"Cualquier
medida que excluya a la industria y no estimule innovaciones en las
técnicas de conservación de los alimentos puede tener un resultado no
positivo para la salud", agregó.
Estudios de la ABIA, sin embargo,
indican que el 71,5 por ciento del sodio consumido por los brasileños
no procede de los alimentos sino del salero de los consumidores.
Además
de la sal, el sodio en los alimentos industrializados también está
presente en los conservantes, en los edulcorantes, en los fermentos y en
los productos que realzan el sabor.
Según cálculos del Gobierno,
el brasileño consume un promedio de 12 gramos de sal por día, por encima
de los 5 gramos recomendados como límite máximo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El
Gobierno prevé que una reducción del consumo de sal a los límites
recomendados por la OMS puede disminuir en un 15 por ciento el número de
accidentes vasculares cerebrales en Brasil y en un 10 por ciento los
infartos, así como elevar en cuatro años la expectativa de vida de los
hipertensos.
El elevado consumo de sodio es uno de los principales
factores de riesgo para las enfermedades crónicas no transmisibles como
la hipertensión arterial, mal que afecta al 24,3 por ciento de los
brasileños, según el Ministerio de Salud.
De acuerdo con los datos
divulgados por el Ministerio durante la ceremonia, la hipertensión
afecta principalmente a las mujeres, a las personas con menor
escolaridad y a las personas con más de 65 años, en los que el índice es
del 59,2 por ciento.
(Agencia EFE)