Esta frase, propia de hijos que luchan contra la autoridad de sus
padres, a veces expresa una triste realidad, la de hijos de
"padrestóxicos".
Por diferentes razones, causan sufrimientoa sus hijos
a través de la manipulación, el maltrato y demandas". Desgraciadamente,
no resulta en absoluto infrecuente que estos niños, siendo ya adultos
hechos y derechos, lleguen atormentados a la consulta del psicólogo y
por fin digan: "No soporto a mis padres".
Las variadas formas de toxicidad en estas relaciones siempre causan
"lesiones" psicológicas duraderas: baja autoestima, inseguridad,
timidez…La actitud que con mayor probabilidad se instala en los hijos y llega a
desatar el conflicto en la edad madura es el chantaje emocional de "lo
he dado todo por ti". De este modo, los padres no exigen ni maltratan,
pero manipulan e impiden al hijo desarrollar su independencia, crear
nuevos vínculos o establecer relaciones de pareja sin sufrir los
opresivos sentimientos de culpa.
Qué se puede hacer
Los padres tóxicos transmiten a sus hijos sufrimiento intentando
convertirlos en lo que ellos no fueron y jugando con el "lo he dado todo
por ti". Tomar conciencia de ello es el primer paso, aunque en el caso
de los progenitores ese cambio de actitud es difícil. Si sientes que tus
padres te trataron así de niño, la solución no es odiar sino dialogar.