martes, 27 de septiembre de 2011

El rechazo realmente ¡duele!

La sensación de molestia y malestar que nos producen las palabras de desprecio hacia nosotros de una persona que queremos o valoramos, no son tan diferentes como pueden parecer, ya una hiere el cuerpo, la otra el alma.“Es la vida un dolor en que se empieza el de la muerte, que dura mientras dura ella”, señaló una vez el escritor español Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645), dando a entender que las sensaciones de desagrado o aflicción más o menos severos, son la regla y no la excepción en la existencia humana.
En su sabia reflexión, el genial prosista y poeta autor de “La vida del Buscón”, no diferencia el dolor físico, aquel que se alivia con fármacos analgésicos, anestésicos y anti-inflamatorios, del dolor psicológico y emocional, ese dolor del alma, que se produce por la pérdida de un ser querido y que a veces se calma con un beso, un abrazo o las palabras de un psicólogo o un amigo.
Ahora la ciencia ha venido a darle la razón al ocurrente Quevedo, al descubrir que el dolor físico y los sentimientos intensos de rechazo social producen el mismo 'daño' al activar las mismas regiones cerebrales.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Michigan (UMICH) en Ann Arbor, en Estados Unidos, demuestra que las mismas regiones del cerebro que entran en actividad como respuesta a las experiencias sensoriales dolorosas se activan durante las experiencias intensas de rechazo social.
“Pensar acerca de cuánto se sintió el rechazo de una persona con la que se haya experimentado recientemente la ruptura de una relación, al parecer, causan tipos de dolor muy diferentes. Pero esas penurias pueden ser más similares de lo que pensamos”, según el psicólogo social de la Universidad de Michigan, Ethan Cross, autor principal del trabajo.
Aunque otros estudios anteriores han demostrado que las mismas regiones del cerebro sustentan los sentimientos emocionalmente penosos que acompañan la experiencia, tanto del dolor físico como del rechazo social, el estudio UMICH ha establecido que existe una superposición neural entre estas dos experiencias en las regiones del cerebro, que se tornan activas cuando las personas experimentan sensaciones dolorosas en su cuerpo.
Estas regiones son la corteza somato-sensorial secundaria y la ínsula dorsal posterior, según el doctor Cross.
Los investigadores reclutaron a 40 personas que experimentaron la quiebra de una relación romántica en los últimos seis meses, y que pensar en su experiencia de la ruptura los llevaba a sentirse intensamente rechazados.
DOLOR DEL ALMA, DOLOR DEL CUERPO
Durante la tarea de rechazo, los participantes vieron una foto de su ex pareja y pensaron acerca de cómo se sintieron durante la experiencia de la ruptura, o miraron una foto de un amigo y pensaron acerca de una experiencia positiva reciente con esa persona.
Durante la tarea de dolor físico, se les sujetó al antebrazo un artefacto térmico, que en algunas pruebas suministró un estímulo doloroso pero tolerable similar a cuando se tiene en la mano una taza de café caliente, y en otras pruebas proporcionó un estímulo cálido pero no doloroso.
“Encontramos que los fuertes sentimientos de rechazo social activan las regiones del cerebro que están involucradas en la sensación del dolor físico”, ha señalado Cross.
Si el rechazo produce dolor, el amor parece calmarlo, de acuerdo a otra investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California (Estados Unidos), que ha comprobado que los sentimientos de amor apasionado pueden aliviar el dolor con la misma eficacia que los analgésicos e incluso que algunas drogas ilegales, como la cocaína.
Este fenómeno es posible porque el amor intenso activa las mismas regiones del cerebro donde actúan los medicamentos destinados a calmar el dolor: el sistema de recompensa cerebral, que es el encargado de generar recompensas bioquímicas ante determinados estímulos que recibe la persona.
“En los sistemas de recompensa se genera la dopamina, una hormona y a la vez un neurotransmisor (mensajero químico que intercomunica las células nerviosas) que influye en nuestro estado de ánimo, en nuestra gratificación y en nuestra motivación”, explica el investigador médico Sean Mackey, que ha dirigido el estudio de Stanford.
Según el doctor Mackey."Cuando las personas se encuentran en la fase del amor más apasionada existen alteraciones significativas en su estado de ánimo que impactan sobre su experiencia del dolor".
En sus experimentos participaron quince estudiantes universitarios (ocho mujeres y siete hombres) “perdidamente enamorados”, que estaban en las primeras etapas de sus respectivas relaciones de pareja. En esta fase de enamoramiento, la gente se sienten eufórica, con mucha energía, piensa continuamente en el ser amado y anhela estar con ella o él.
Su actividad cerebral fue registrada mediante una tecnología de diagnóstico por imagen denominada resonancia magnética funcional (fMRI), mientras observaban fotos de sus parejas actuales y a la vez eran expuestos a una sensación de dolor suave. Así, los científicos comprobaron que la visión del ser amado, generaba un alivio en el dolor físico.

domingo, 25 de septiembre de 2011

No debemos comernos el mundo

La industrialización de los alimentos tiene un grave efecto en el medio ambiente.dejemos de emplear transgénicos y agroquímicos, es fundamental que, elijas la calidad de los alimentos que consumes.Veamos en qué consiste la alimentación responsable.
La agroindustria emplea combustibles fósiles, químicos, agua y tierra de manera indiscriminada aumentando la degradación ambiental, contaminando el aire y el agua, agotando el suelo y disminuyendo la biodiversidad.
Las plantas que han sido modificadas genéticamente ocupan grandes superficies mundiales.
La industria agrícola avanza sobre bosques nativos para poder llevar a cabo su producción, causando concentración de la tenencia de la tierra, aumentando el consumo de agroquímicos y contaminando el suelo.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la ganadería genera más emisiones de gases causantes del efecto invernadero que el sector del transporte.
Ante tal problemática actual, es de vital importancia tomar una postura seria y definir cómo queremos continuar viviendo.
En los últimos años, parte de la población ha incursionado en la alimentación orgánica, también conocida como ecológica, y que cuida tanto la salud de los consumidores como el equilibrio del medio ambiente en que se producen.
Beneficios de los alimentos biológicos
  • La agricultura orgánica preserva las semillas e impide la desaparición de variedades con gran valor nutritivo y cultural.
  • Cultivados en suelos equilibrados por fertilizantes naturales, son de mejor calidad por su contenido en vitaminas, minerales, hidratos de carbono y proteínas.
  • Las plantas crecen sanas y se desarrollan mejor con su auténtico aroma, color y sabor al ser regeneradas y fertilizadas de manera orgánica.
  • Existen pesticidas que aún estando prohibidos debido a su toxicidad continúan siendo utilizados. Los estudios toxicológicos reconocen la relación existente entre los pesticidas y patologías como el cáncer, las alergias y el asma.
  • La agricultura ecológica no utiliza productos peligrosos ni grandes cantidades de nitrógeno que contaminan el agua potable, es decir que garantizan la obtención de agua para el futuro.
  • La Agricultura Orgánica busca conservar la fertilidad del suelo, e inclusive mejorar su condición, en particular por el aumento del contenido en humus de las tierras aradas.
  • Respetan el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación del ecosistema. El equilibrio entre la agricultura, la forestación y la rotación de los cultivos, permite la preservación de un espacio rural capaz de satisfacer a las generaciones venideras.