Pitágoras decía que “una bella ancianidad es, ordinariamente la
recompensa de una bella vida”. Aunque nos es difícil aceptar las
secuelas de los años, esta frase está llena de sabiduría. Solo en la
medida en que vivimos a conciencia nuestra juventud y cuidamos nuestra salud física y mental; los frutos en nuestra vejez serán mejores.
Los alimentos que ingerimos, tienen mucho que ver con lo que comento, especialmente en esta época donde siempre estamos de afán para comer saludable; y a su vez, en la que los alimentos en su mayoría son tratados con químicos y la industria de la carne no protege la integridad de sus productos.
Así que atento, pues en tu refrigerador y alacena puedes estar guardando productos capaces de acelerar tu envejecimiento. Te cuento:
Uno de los enemigos invisibles de nuestra salud son los carbohidratos
procesados: azúcar blanca, arroz blanco y harina blanca; además de
todos los alimentos hechos con ellos. No tienen ningún beneficio para
nuestra salud y gracias a su composición química, son un factor decisivo en la obesidad, las enfermedades cardiacas y la diabetes. Además, son supresores del sistema inmunológico.
Entonces, ¿qué hacer? Simple: reemplazar el azúcar blanca por agave
néctar ó azúcar morena; dejar de lado el arroz blanco y consumir el
integral, así como olvidarse por completo del la harina blanca y
consumir harina de trigo.
Los conservantes también entran en esta lista: alimentos
congelados, enlatados y todos aquellos productos de larga vida.
Evidentemente estos alimentos no tienen los beneficios de los alimentos
frescos y, además, contienen grandes cantidades de sodio, lo cual afecta
directamente la salud de nuestros riñones.
Así que consume en lo posible alimentos frescos y aléjate de los productos cuyas fechas de vencimiento parecen eternas.
Las grasas saturadas juegan un factor fundamental en nuestra salud y
al mismo tiempo en nuestro envejecimiento. Se han ligado estos alimentos
a problemas del corazón, diabetes, obesidad y hasta cáncer. Por ello,
mantenernos alejados de ellas es importante. ¿Cómo? Disminuyendo el
consumo de carnes rojas, de frituras y alimentos horneados.
Cambia las sodas por agua o jugos naturales, consume menos proteína
animal y más proteína vegetal. Olvida los embutidos, la salsa de tomate y
la margarina. Sí. Incorpora en tu dieta frutas y verduras.
Envejecer puede ser hermoso, siempre y cuando le demos a nuestro cuerpo los recursos para envejecer con dignidad; manteniendo una dieta sana.