martes, 20 de noviembre de 2012

El colesterol y la salud

Es común encontrarnos con personas siempre preocupadas por sus niveles de colesterol en sangre, por lo que van retirando de su alimentación aquellos alimentos que de forma natural lo contienen, sin embargo la realidad es que incluso eliminando todos las grasas de origen animal puede no ser suficiente para poder controlar los niveles de colesterol en sangre.
Antes de clasificar al colesterol como el malo es importante saber su función en nuestro cuerpo y la manera en cómo se produce. Siendo el colesterol una sustancia  clasificada como esteroide que forma parte de las grasas, está presente en el cerebro, nervios, hígado, sangre, bilis de los seres humanos y animales, se vuelve un componente imprescindible para la vida, tanto que nuestro hígado lo produce en un 80% del total del organismo, solo el 20% restante lo toma de la dieta.
Lo que conocemos como HDL (colesterol bueno) y LDL (colesterol malo) son sustancias conocidas como lipoproteínas de alta densidad y de baja densidad, respectivamente y se encargan de transportar el colesterol a todas nuestras células por el torrente sanguíneo. Las lipoproteínas de baja densidad  (LDL), están cargadas de colesterol que transportan del hígado a los tejidos. Las de alta densidad  (HDL) van recogiendo el exceso de colesterol presente en sangre para llevarlo de nuevo al hígado y pueda ser eliminado o reutilizado.
Cuando estas dos lipoproteínas están en equilibrio no hay ningún riesgo de enfermedades, sin embargo cuando las LDL aumentan y las HDL no son suficientes para recoger el exceso de colesterol el riesgo de padecer enfermedades coronarias aumenta.
Cuidar el equilibrio de estas dos lipoproteínas es muy sencillo, sin embargo no basta con quitar los alimentos de origen animal que contienen grandes cantidades de colesterol, debemos evitar que nuestro hígado lo produzca a base de otras sustancias como grasas vegetales hidrogenadas o quemadas, el alcohol y los azúcares o un exceso en el consumo de carbohidratos que son tomados como materia prima para producir colesterol.
El estrés también es un factor que estimula al hígado a producir más colesterol, una forma muy sencilla para contrarrestar el estrés es realizando alguna actividad física que logre relajarnos.
Por todo esto, si deseamos cuidar nuestra salud y evitar enfermedades coronarias, es necesario tanto reducir el consumo de grasas totales como cuidar toda tu alimentación en general.