Concebida para paliar el bajo deseo sexual de las mujeres, la viagra
femenina abre muchos interrogantes. Los expertos acogen con escepticismo
la llegada de una molécula “erótica” para la sexualidad femenina, más
compleja y menos mecánica que la de los hombres. Lybrido, Lybridos,
Filibanserin… ¿pastillas para el placer o para el tratamiento de una
patología real?
“Una de cada
diez mujeres sufre problemas de deseo sexual”, afirma el andrólogo y
sexólogo Pierre Costa, poco entusiasta de unas pastillas cuya fórmula
actuaría tanto en el nivel fisiológico como en el cerebral. “Los IPDE5
–la misma molécula que induce la erección en medicamentos como la
viagra– actuarían sobre la excitación femenina, la lubricación y el
aumento del flujo sanguíneo en los órganos sexuales. Mientras que la
testosterona estimula el deseo en el cerebro, disminuyendo la inhibición
y fortaleciendo la pulsión”, explica el doctor Costa, y agrega: “Estos
productos podrían constituir una respuesta para las mujeres que sufren
sequedad vaginal, para las menopáusicas o para las que han sufrido una
ovarieoctomía, pero no solucionan la falta de deseo sexual, que es una
patología cuyas causas no son solo psíquicas”.En opinión de la ensayista Elisa Brune, autora de La révolution du plaisir féminin
(La revolución del placer femenino), no hay que diabolizar estas
pastillas, que podrían liberar pulsiones largamente reprimidas. “La
sexualidad femenina sigue estando sometida, de manera inconsciente, a
numerosas representaciones culturales inhibidoras”. Esta “camisa de
fuerza” represora de la libido actúa como una autoridad social que
censura a las mujeres y que les impide acceder a una sexualidad plena.
La viagra femenina, sin embargo, podría destrabar estas fuerzas
inconscientes, empujando a las mujeres a percibir su cuerpo como algo
erótico, lo que durante mucho tiempo se les ha prohibido. “Lo
verdaderamente revolucionario sería que estas pastillas permitieran a
las mujeres pasar de ser un objeto de deseo a ser un sujeto de deseo”,
agrega la experta. En decir, podrían ayudar a que aflorara la auténtica
sexualidad femenina, mucho más exuberante que la que conocemos y, quién
sabe, tal vez menos aceptable.
¿Qué riesgo entraña valerse
de la química para paliar la falta de deseo sexual? Las preocupaciones
de los expertos se centran en la fórmula de estas pastillas pero también
en los efectos desmesurados que podrían provocar en las mujeres. En un
artículo “Unexcited? There may be a pill for that”, publicado en el
diario The New York Times el 22 de mayo de 2013, el periodista
Daniel Bergner recogía las inquietudes de la Food and Drug
Administration (FDA), preocupada por la explosividad de libido femenina
que podría provocar la pastilla si ésta fuera eficaz.
Otro aspecto que suscita dudas es su uso, aunque al doctor Costa no
le preocupa que se utilice de manera irresponsable: “Las mujeres la
tomarán cuando les haga falta”.
En cuanto a la prescripción, el Filibanserin debería consumirse
cotidianamente, como un tratamiento, mientras que la administración de
Lybrido es puntual, es decir, debe ingerirse unas horas antes de la
relación sexual. Para Brune, su uso debería ser muy específico, “ya que
puede ocurrir que se conviertan en una respuesta fácil al miedo,
ocultando así otro tipo de mecanismos que también pueden ponerse en
juego”.
No olvidemos que la falta de deseo sexual puede tener diferentes
causas. Recurrir sistemáticamente a una pastillita no sería lo
recomendable, ya que lo importante es conocer el origen del problema.
“El medicamento debe ser una herramienta complementaria dentro de un
abordaje más global”, agrega Brune. En cuanto al riesgo de ver a las
mujeres transformadas en “ninfómanas”, ésta es una idea que parece
divertir a la experta. “Es una suerte de fantasía, o una reacción que
señala que hay un miedo al cambio, un miedo similar al que provocó la
píldora anticonceptiva”. Más pragmático, Costa insiste en el hecho de
que “esta pastilla no cambia el comportamiento, sino que actúa sobre la
ansiedad”.
Con todo, son muchos los interrogantes que siguen abiertos. ¿Es
deseable que nuestra sexualidad dependa de pastillas? ¿Cómo pueden éstas
ayudar a crear los niveles de intimidad y fantasía necesarios para
alcanzar una sexualidad femenina plena?
Todavía se desconocen los efectos secundarios que pueden conllevar
estas pastillas del deseo que estarán a la venta en 2016. Más allá de
las dudas que despierta la sexualidad medicalizada, lo cierto es que el
mercado del sexo con receta médica aún está por conquistar.