martes, 7 de julio de 2015

Comprar y vender sin dinero: los secretos del trueque empresarial

El trueque es tan antiguo como la civilización pero su traslación al mundo de la empresa de forma profesionalizada es más reciente. Nació en los Estados Unidos a principios de los años 80. Surgió en una actividad muy concreta, la publicidad, pero luego se fue extendiendo a todos los sectores. Hay grandes empresas que recurren habitualmente a este mecanismo, que, ante la falta de liquidez que ha provocado la crisis financiera, se está desarrollando bastante.
El funcionamiento del trueque se basa en el simple intercambio de productos entre empresas, como vía alternativa a la compra de bienes en el mercado tradicional. Y siempre se lleva a cabo sin recurrir al dinero en metálico. A él suelen recurrir pequeñas y medianas empresas. Persiguen varios objetivos: reducir su stock, los costes, ampliar los canales comerciales, y obtener un producto y servicio necesario para su actividad sin tener que echar mano de la caja del dinero.
En España los sectores que más la usan son, al igual que en Estados Unidos, las de automoción y de publicidad. Esta estrategia ayuda especialmente a quienes tienen canales de distribución limitados, pues al usar la red de una compañía dedicada al intercambio, puede vender sus productos en nuevos mercados a los que normalmente no llegarían con su fuerza de venta tradicional.
Mediante el intercambio, una empresa puede además desplazar sus excedentes de inventarios o venderlos sin afectar su mercado primario ni los precios de venta que normalmente maneja. Este mecanismo sirve también cuando las organizaciones tienen activos con una fecha de vencimiento –como habitaciones de hotel o billetes de avión–, que si no se venden en una determinada fecha, se pierden.
 Para poder hacer trueques empresariales hay que anunciarse en un mercado de intercambio o redes de trueque, que son comunidades de empresas que desean estudiar propuestas de intercambio sin compromiso. Generalmente hacerse miembro de estas comunidades no supone ningún coste. Esos mercados de trueque ponen a disposición de sus miembros información de empresas que ofrecen sus productos y servicios dispuestas a realizar intercambios. Los miembros de los mercados de trueque envían y reciben propuestas de intercambio hasta que encuentran lo que necesitan.
Existen varias webs para poder extender el radio de acción del trueque. Una iniciativa muy interesante, por ejemplo, es la de intercambiar tiempo. En la web bancodeltiempo.sanjavier.es donde la unidad de pago no es el euro sino la hora. Uno intercambia su trabajo o conocimientos profesionales. Si una persona es peluquero puede ofrecer sus servicios de forma gratuita durante una hora y puede haber un fontanero que te arregle una avería en casa también de forma gratuita.