martes, 27 de agosto de 2013

La felicidad de las divorciadas

Cuando se acaba el amor, rara vez vuelven a ser felices. Tras una separación, la alegría tarda en regresar. Hay una mezcla de pesar por la pérdida, el futuro incierto, la familia trunca… Reconstruir la autoestima dañada, planificar nuevamente ciertas metas de la vida y reorganizar la casa, lleva tiempo y esfuerzo. Sin embargo, y desmitificando una vez más aquello de que somos el sexo débil, parece que frente al divorcio, las mujeres nos reponemos más fácil que los varones.
Según un estudio de la Universidad de Kingston en el Reino Unido, luego de seguir a 10,000 personas durante 20 años, ambos sexos suelen mostrarse significativamente más satisfechos después del divorcio que durante los cuatro años que precedieron la ruptura. Sin embargo, en ambos casos, su felicidad está por debajo del umbral de lo que reportaban antes de casarse.
Así resulta que, a partir del segundo año de la ruptura, ambos alcanzan niveles de felicidad sobre la línea de esa base previa al matrimonio, aunque en los hombres en seguida caen signficativamente, y vuelven a remontar recién hacia el quinto año. En cambio, las mujeres no evidencian bajones: viven en estado de satisfacción posdivorcio a partir del año y medio y lo hacen siempre sobre los índices de felicidad previo a la unión.
¿Qué hace que ellas se repongan más rápido? ¿Puede influir que generalmente sean quiénes se quedan con los hijos, la casa familiar, las mascotas, y todo esto le crea la ilusión de que su vida no ha cambiado tan significativamente? ¿O tiene, en realidad, más recursos emocionales para recuperarse? ¿Son más abiertas que ellos y conversan con otros sobre sus sentimientos, los que las ayuda a sentirse mejor?
No se trata, de todos modos, de andar midiendo a los seres humanos con el “felizómetro”, está claro que a cada uno lo atraviesan distinto las experiencias de la vida. Lo que realmente importa es aprender de los fracasos y reconstruir a partir de esas vivencias para no repetir errores y volver a darse la oportunidad de disfrutar, de ser felices mientras dure.