Para lograr que los adolescentes se entusiasmen con la lectura, los libros se les deben facilitar y ser de libre disposición en su vida, en vez de una reliquia escondida en el sótano a la que hay que desempolvar.
Si bien hoy los formatos de lectura son variados (y no compiten
entre sí, sino que se complementan), lo que hay que mostrarle al
adolescente es que puede encontrar un placer distinto en un libro que,
por ejemplo, en una película, una pintura o un concierto de música. ¿Por
qué creen entonces que los fanáticos de Harry Potter han leído todos
sus libros a pesar de saber que la película se estrenaría en poco
tiempo?
Si lo que se busca es
motivar el estímulo único que da la lectura, llena tu biblioteca,
regálale un libro electrónico, hazlo parte de ese mundo dejándolo elegir
lo que le gusta, cuéntale historias que hayas leído, y lo intrigarás.
Por otro lado, el adolescente
busca estímulo y novedad, algo que lo ayude a crecer, a salir del
momento en el que está de inseguridades, temores, visiones de un futuro
impredecible.