lunes, 30 de enero de 2012

DOLOR DEL ALMA, DOLOR DEL CUERPO

Durante la tarea de rechazo, los participantes vieron una foto de su ex pareja y pensaron acerca de cómo se sintieron durante la experiencia de la ruptura, o miraron una foto de un amigo y pensaron acerca de una experiencia positiva reciente con esa persona.
Durante la tarea de dolor físico, se les sujetó al antebrazo un artefacto térmico, que en algunas pruebas suministró un estímulo doloroso pero tolerable similar a cuando se tiene en la mano una taza de café caliente, y en otras pruebas proporcionó un estímulo cálido pero no doloroso.
“Encontramos que los fuertes sentimientos de rechazo social activan las regiones del cerebro que están involucradas en la sensación del dolor físico”, ha señalado Cross.
Si el rechazo produce dolor, el amor parece calmarlo, de acuerdo a otra investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en California (Estados Unidos), que ha comprobado que los sentimientos de amor apasionado pueden aliviar el dolor con la misma eficacia que los analgésicos e incluso que algunas drogas ilegales, como la cocaína.
Este fenómeno es posible porque el amor intenso activa las mismas regiones del cerebro donde actúan los medicamentos destinados a calmar el dolor: el sistema de recompensa cerebral, que es el encargado de generar recompensas bioquímicas ante determinados estímulos que recibe la persona.
“En los sistemas de recompensa se genera la dopamina, una hormona y a la vez un neurotransmisor (mensajero químico que intercomunica las células nerviosas) que influye en nuestro estado de ánimo, en nuestra gratificación y en nuestra motivación”, explica el investigador médico Sean Mackey, que ha dirigido el estudio de Stanford.
Según el doctor Mackey."Cuando las personas se encuentran en la fase del amor más apasionada existen alteraciones significativas en su estado de ánimo que impactan sobre su experiencia del dolor".
En sus experimentos participaron quince estudiantes universitarios (ocho mujeres y siete hombres) “perdidamente enamorados”, que estaban en las primeras etapas de sus respectivas relaciones de pareja. En esta fase de enamoramiento, la gente se sienten eufórica, con mucha energía, piensa continuamente en el ser amado y anhela estar con ella o él.
Su actividad cerebral fue registrada mediante una tecnología de diagnóstico por imagen denominada resonancia magnética funcional (fMRI), mientras observaban fotos de sus parejas actuales y a la vez eran expuestos a una sensación de dolor suave. Así, los científicos comprobaron que la visión del ser amado, generaba un alivio en el dolor físico.