Según la Organización Mundial de la Salud, el perfil de la morbilidad evoluciona con rapidez en todo el mundo,
sobre todo en países de ingresos bajos y medianos donde las
enfermedades crónicas son una carga adicional, sumada a la que
representan las enfermedades infecciosas.
Ni siquiera los países menos adelantados están a salvo de la
creciente epidemia de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, cáncer
y otras enfermedades crónicas. Contrariamente a lo que suele creerse,
estas enfermedades no sólo afectan a los varones de los países de
ingresos elevados, pues en realidad el 80% de las muertes provocadas por
dichas enfermedades se producen actualmente en países de ingresos bajos
y medianos, donde afectan a hombres y mujeres casi en la misma
proporción.
Las enfermedades crónicas se pueden prevenir y controlar a través de
cambios en el estilo de vida, políticas públicas e intervenciones de
salud. No fumar, tener un índice de masa corporal inferior a 30,
llevar una dieta rica en frutas y verduras, y realizar ejercicio tres
horas y media a la semana como mínimo, son las cuatro claves
para llevar un estilo de vida saludable y reducir en lo posible, la
aparición de enfermedades de cualquier tipo. O al menos es lo que
asegura un grupo de investigadores que se ha dedicado a estudiar varios
años la evolución de un grupo de pacientes de entre 35 y 65 años.
Además, las mujeres pueden prevenir estas enfermedades con sencillas
acciones como:
• Hacerse tamizaje y autoexámenes para la detección temprana del cáncer. Por ejemplo, autoexamen de mama.
• Hacerse la citología cada año.
• Evitar la exposición al sol para prevenir cáncer de piel.
• Seguir las pautas de asesoramiento y farmacoterapia de las personas
aquejadas de enfermedades cardiovasculares o con alto riesgo de
padecerlas.
• Vacunarse. Por ejemplo, la vacuna contra la hepatitis B previene el cáncer hepático.
• Comprender lo que desencadena la enfermedad y evitarlo.
• Usar correctamente equipos médicos, tales como, el medidor de glucosa para la prueba de diabetes o un inhalador para el asma.
• Hacerse pruebas con regularidad.
• Comer los tipos y cantidades de alimentos que nos dan la mejor oportunidad de evitar el desencadenamiento de la enfermedad.
• Descansar lo suficiente para ayudar al cuerpo a luchar contra la enfermedad.
• Saber qué hacer en caso de emergencia cuando la enfermedad esté fuera de control
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