lunes, 8 de agosto de 2011

La espiritualidad en el sexo

Hay disciplinas como el Tantra que ligan estrechamente sexo y espíritu, una conexión que no es evidente para todo el mundo. Y sin embargo es así: el sexo nos abre un abanico de nuevas posibilidades, nos acerca a nuestra esencia y a la de nuestra pareja.
La espiritualidad en el sexo
Ciertas sensaciones y emociones sólo pueden expresarse a través del sexo, y no con palabras. Tras un acto sexual especialmente feliz, respiramos profundamente y nos decimos: «La vida es esto. Hay poco más».
Pues, como los ángeles, el sexo es invisible pero está siempre presente en nuestras vidas. Como dice la canción de John Paul Young: «El amor está en el aire». El ser humano es tan sexual como espiritual, y su misión en la vida es integrar ambos aspectos para lograr una existencia realizada y completa.
En ese sentido, el sexo es un gran maestro que nos enseña a armonizar el cuerpo, la mente, las emociones y el espíritu.
¿Qué otras lecciones espirituales nos procura el sexo? Nos enseña, por ejemplo, que…
-Hacer el amor y practicar sexo no siempre es lo mismo.
-El sexo no es mejor ni peor en la madurez que en la juventud: simplemente es diferente.
-Nadie nace enseñado: hay que experimentar y aprender para llegar a ser un buen amante.
-Todas las personas son profundamente sexuales, incluso las que no practican sexo.
-Tener buen sexo no garantiza la felicidad, pero ayuda.
Para ilustrar esto último, cerraremos este epílogo de la misma manera que lo hemos abierto,
con Woody Allen.
En la película Annie Hall, el director neoyorquino echa el telón sobre el drama sentimental de los protagonistas con un chiste que resume muy bien por qué, a pesar de todo, el sexo sigue siendo tan importante en nuestra vida: «Me acordé de aquel viejo chiste, ya saben, es la historia de un tipo que va al psiquiatra y le dice:
–Doctor, mi hermano está loco. Cree que es una gallina.
–¿Por qué no lo interna? –responde el doctor.
–Lo haría, pero necesito los huevos».

Preparen un lugar adecuado, y lo ambientarán a su gusto: velas, se  reservarán para practicarlo en un período de tiempo lo suficientemente esperado. Dejarán que sea el sentido del tacto el que exprese los sentimientos y  lo tomarán como una actividad placentera, relajada y orientada a cumplir con el deseo de ambos, haganse masajes sentados, totalmente desnudos y concentrados finalmente, si durante la sesión aparece el deseo sexual, entregense mutuamente y con mucho espiritualidad.

¿Sabías que…?

La palabra tantra procede del sánscrito tanoti (que significa «desarrollo») y de trayati («liberación»). El tantrismo consiste en perfeccionar las propias técnicas sexuales para lograr así una conexión espiritual con lo infinito de la divinidad que rige el cosmos

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