lunes, 14 de noviembre de 2011

Refresquemos la memoria

          Por: José Higinio Quesñay
Los deseos primarios de toda persona son ganar más dinero para tener una vida digna de todo ser humano, progresar y tratar de ser felices.
Una forma efectiva de lograr estos anhelos es siendo ricos así como hay personas pobres y personas ricas, hay países pobres y países ricos. La diferencia entre los países pobres y ricos no es la antigüedad del país. Lo demuestra casos de países como India, China, Egipto que tienen miles de años de antigüedad y son subdesarrollados y pobres. En cambio Australia y  Nueva Zelanda, que hacen poco más de 150 años eran casi desconocidas. Son sin embargo países desarrollados y ricos. La diferencia entre países pobres y ricos, tampoco son los recursos naturales con que cuentan, como es el caso de Japón que tiene un territorio muy pequeño y el 80% es montañoso y no acto para la agricultura y ganadería, sin embargo es la segunda potencia económica mundial,  pues su territorio es como una inmensa fabrica flotante que recibe materiales de todo el mundo y los exporta transformados, a todo el mundo logrando su riqueza.
Tampoco la inteligencia de las personas es la diferencia, como lo demuestran  estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos y logran resultados excelentes en su educación, otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fábricas y al hablar con ellos nos damos cuenta que no hay diferencia intelectual.
La Actitud de las personas es la diferencia.
Al estudiar la conducta de las personas en los países ricos se descubre que la mayor parte de población sigue estas importantísimas reglas:
El Orden, limpieza, puntualidad, responsabilidad, deseos de superación, honradez, respeto por el derecho a los demás, respeto a la ley y los reglamentos, amor  al trabajo, afán por el ahorro y la inversión.Por otro lado se ha comprobado que los países pobres, sólo una mínima parte de la población sigue estas reglas en la vida diaria. Por ello para que nuestro país deje de ser sub desarrollado adecuemos nuestra vida a estas importantes reglas y comportamiento Ético, Moral y Espiritual.
Cuanto más nos adecuemos a él más rápido progresaremos, mejorando en todo sentido; ya que cuanto mayor sea nuestro aporte, mejor será nuestro beneficio y del  País.  Mejorará nuestra familia y nuestros hijos tendrán un porvenir realmente con esperanza.
 
Lo dicho en estas líneas no es nada nuevo, desde que tengo uso de razón en las escuelas figuraba como decálogo, pero ¿cuantos de nosotros lo llevamos a la práctica, nuestros gobernantes, autoridades y las instituciones más representativas lo llevan a la práctica?
Estoy convencido que si nos decidimos  “Los Peruanos si podemos alcanzar el desarrollo”.

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