domingo, 6 de noviembre de 2011

La pasión es lo contrario de la inteligencia‏

La pasión es lo contrario de la inteligencia. ¿Quién no ha escuchado esto alguna vez? ¿Quién no lo ha repetido? Desde profesionales de la sexología y la psicología, hasta las más cerebrales de nuestras amigas y también algunos hombres, entre todos hemos construido esta verdad como un secreto a voces que, parece, nos ha venido jugando en contra. En el camino inverso, hoy los especialistas anuncian que ha llegado el tiempo de la inteligencia erótica: poner nuestro cerebro al servicio del placer. De esta manera, dicen, podemos hacer que ese amor –el definitivamente apasionado como el que nos contaban en clásicos como Lo que el viento se llevó, Casablanca o Una Eva y dos Adanes– dure para siempre. Así lo plantea la psicóloga Cecilia Lacorte: “Vivimos en un mundo híper sexualizado y, sin embargo, las estadísticas dicen que la gente no disfruta más que antes, cuando el sexo era algo reprimido. La buena noticia es que, frente a esta realidad, hay autores que retomaron el tema de la sexualidad desde un punto de vista nuevo: como una parte más de la inteligencia y no sólo asociado a lo instintivo, como históricamente se lo entendía. Esto quiere decir que el sexo no tiene nada que ver con la suerte, no es algo innato, ni depende del sex appeal de una persona. Existen habilidades concretas que podemos desarrollar y practicar hasta dominarlas para avivar la pasión”, anuncia. La especialista se refiere a los estudios realizados por los psicólogos Sheree Conrad y Michael Milburn, profesores de la Universidad de Massachussets, quienes introdujeron el revolucionario concepto de “inteligencia sexual”. Según los autores, así como hay una inteligencia emocional, también hay una sexual, que constituye una parcela de nuestra capacidad intelectual, que tiene un coeficiente y determina el erotismo de cada persona. “Es decir, uno puede tener mayor coeficiente que otro y, por lo tanto, más habilidades, pero a no desesperar, también se puede mejorar”, agrega Lacorte. El doctor Juan Carlos Kusnetzoff (www.e-sexologia.com), médico, psiquiatra y sexólogo, aporta lo suyo: “La inteligencia sexual o erótica tiene que ver con aspectos genéticos, estilos de vida y de educación, y adaptación exitosa a las circunstancias de la vida donde se han puesto de manifiesto las habilidades de algunas personas sobre el erotismo”.

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